L’Interdit de Givenchy: una historia de amor
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¡Bienvenidas otro día más al Blog de Perfumería Prieto! Hoy os traemos un post muy mágico de la mano de Givenchy, un post que nos hace remontarnos muy atrás en el tiempo para conocer la verdadera historia de la fragancia prohibida que ha terminado por convertirse en un icono de la actual Maison: L’Interdit de Givenchy: una historia de amor
Para conocer de primera mano todos los detalles hemos contado con la inestimable ayuda de Inmaculada Jiménez, Responsable de Formación Givenchy en España, la cual nos ha transmitido de primera mano esta maravillosa historia que esperamos que os conquiste el corazón como a todas nosotras.
¿Estáis listas?
Seguro que muchas de vosotras, por no decir todas, conocéis a Audrey Hepburn, una actriz británica maravillosa que marcó la historia del cine y la moda, pero quizá desconozcáis su relación con Givenchy o con l´Interdit. Si es así, hoy venimos a destaparos el secreto de esta gran historia, una que dota a la fragancia de una carga emocional increíble y que enamora a todas las mujeres que la escuchan.
1953: Audrey Hepburn y Hubert de Givenchy se conocen en París
Era 1953, París. La joven actriz visitaba la vieja Europa para rodar su siguiente film “Sabrina”. Audrey Hepburn vivía ese año un gran sueño, pues había conseguido su primer Premio Óscar por protagonizar «Vacaciones en Roma». La joven recogió aquel premio con su «vestido de la suerte», un diseño maravilloso de Givenchy que aparecía al final de la película. No era de extrañar, por tanto, que en aquel viaje a la capital francesa quisiera conocer al couturier responsable de la moda más trendy de aquellos tiempos. Hollywood hizo la correspondiente llamada anunciando la llegada a París de la señorita Hepburn y en el atelier del diseñador lo prepararon todo.
Audrey se plantó en el estudio del modista, en el número 8 de la Rue Alfred de Vigny de París y sorprendió a todos los que la esperaban, pues si bien pensaban que iban a recibir a la señorita Hepburn, confiaban que la actriz que allí acudiría sería la consagrada Katherine Hepburn.
Un amor a primera vista
Sin un atisbo de timidez, la joven actriz traspasó el umbral de la puerta ataviada con unos pantalones capri, un jersey a rayas marinero, un canotier donde se podía leer la palabra Venecia y su espléndida sonrisa. Con tan solo unos minutos de conversación, Hubert quedó encantado con la chica y esa noche cenaron juntos.
La actriz tenía la intención de que Hubert fuera el diseñador de los vestidos de «Sabrina» y así se lo hizo saber, sin embargo Hubert se encontraba en plenos preparativos de su próxima colección y no podía distraerse con nada. Aun así, el diseñador invitó a la joven a probarse unas cuantas creaciones y a llevarse alguna si era de su gusto.
Cuál fue la sorpresa de Givenchy al ver sus trajes en la figura de Audrey. «Todo, absolutamente todo, le quedaba bien” decía. Finalmente eligió tres piezas, dos vestidos cortos y el majestuoso vestido blanco y negro de noche que lució en la película una vez que su personaje se convierte en una “chica de alta sociedad”.
Gracias a aquella joya hecha traje de noche se galardonó con un Premio Óscar al Mejor Vestuario por «Sabrina» y la actriz decidió que, desde entonces, Hubert sería su modisto de cabecera tanto en su vida personal como en la profesional.
1957: Nace una fragancia exclusiva
Durante todo este tiempo, la vida de ambos transcurrió de forma paralela: ella era la actriz más demandada y deseada de la época dorada de Hollywood y él el enfant terrible de la moda parisina. Sus carreras fueron meteóricas, se hicieron íntimos amigos y así comenzó su historia de amor.
En 1957, Hubert de Givenchy decidió regalarle a Audrey Hepburn un perfume en exclusiva, solo para ella, como forma de darle las gracias. Desde que ambos habían comenzado su carrera juntos, la actriz le había elegido como modisto en todas sus películas. Por ello, Givenchy se coló en las pantallas de todas las familias que veían los films de aquella época y su fama subió como la espuma. Audrey, su gran amiga, merecía algo especial.
«¿Qué le puedo regalar a una mujer que lo tiene todo?» le preguntó entonces Hubert a su querido amigo Balenciaga, a lo que este último contestó: «un aroma único». Gracias a la ayuda y la idea del gran Cristóbal Balenciaga, Hubert decidió crear su primera fragancia en exclusiva para ella: l´Interdit.
L´Interdit: un eau de parfum prohibido
Meses más tarde, en París, Audrey estaba visitando a Hubert en la Maison y se dejó olvidado un pañuelo de esos que ella siempre llevaba alrededor del cuello, impregnado por el aroma exclusivo que le había regalado su gran amigo.
Por allí pasaban otras clientas de la casa de alta costura, y tanto las propias trabajadoras del taller, como las fieles a los diseños del modisto hacían la misma pregunta: «monsieur Givenchy, ¿a qué huele?, ¿qué es ese aroma tan maravilloso?»
En aquel preciso instante, Hubert pensó que era el momento de pedirle a Audrey si podía distribuir su fragancia. Al principio ella se negó, en concreto le dijo “Je vous interdis” (te lo prohíbo), dando nombre al perfume que marcó un antes y un después en el mundo de la perfumería.
L´Interdit, tal cual la conocemos, es un aroma que se reinventó en 2018 dando lugar a la versión moderna de la fragancia de las estrellas de aquella época dorada del cine, y que hoy es es uno de los perfumes más codiciados del mundo.
El legado de Audrey y Hubert
Audrey era una mujer tremendamente generosa y no solo regaló su aroma al resto de mujeres de aquella época y a las de hoy en día, también fue la primera actriz en aparecer en el anuncio de un perfume. Su gran legado para con su gran fragancia y su gran amigo Hubert, se traduce en la actualidad en un eau de parfum y un eau de toilette reconocibles, únicos y con un aroma clásico que eleva la elegancia de cualquier mujer a todos los niveles.
¿Casualidad o destino? ¿Qué hubiera pasado si Audrey no se hubiera dejado olvidado aquel pañuelo? Cada vez que tenemos la suerte de perfumarnos con l´Interdit, agradecemos aquella historia de amor que comenzó para ambos y para toda la maison Givenchy un día cualquiera de los años 50.
Una fragancia imparable
Desde Givenchy no han dejado de fomentar y sacarle el mejor partido a las cualidades de esta creación. Con el lanzamiento de Rouge se rinde homenaje al color emblemático de L’Interdit, el rojo, que abrasa el interior del frasco. Atravesado por la luz, parece incendiarse.
Un acorde rojo incandescente de una sensualidad extrema anima la fragancia. Deslumbrante, el ramo floral original se entrega al fervor de una naranja sanguina acidulada. Explosiva, esta electriza las notas afrodisíacas de jengibre con un frescor radiante. La composición, vibrante, se enciende en una fusión final con la hoja de pimiento para dar paso a la exaltación de un sensual acorde especiado, totalmente seductor.
Y ahora sí, todo lo que teníamos que contaros está dicho. Que la magia de la Navidad no deje de brillar cerca de vosotros. Os dejamos el enlace de nuestro blog anterior.